miércoles, 1 de septiembre de 2010

LA MUERTE

La muerte es el estado en que el cuerpo deja de funcionar y el alma pasa a ser parte de una nueva vida, o se reencarna, o llegamos al paraíso, o… existen infinidades de teorías para describir la muerte; pero el siguiente escrito no está interesado en tomar estas revelaciones morales, intelectuales y religiosas; lo que quiero decir con este articulo es el hecho de que no hemos aceptado que el fin ha de llegar y que por más que lo intentemos, no soy fatalista, siempre hemos de morir en algún momento, nadie es inmortal, aunque muchos lo quieran creer.

Los seres humanos siempre hemos de querer vivir más, no podemos aceptar el hecho de que moriremos hoy, mañana, en unos días o, incluso, minutos; el ciclo de la vida consiste en nacer, reproducirse y morir, no es más, para eso estamos aquí, es un hecho que debemos afrontar.

Hemos adoptado la imagen de la muerte como un personaje esquelético, encapuchado de negro y con el poder de llevarnos al otro mundo. Le tenemos tanto miedo a las cosas inevitables que no asumimos responsabilidades, no aprovechamos oportunidades por el simple miedo. Vivamos la vida como una experiencia gratificante que traerá momentos malos pero, también, momentos felices, llenos de amor, amistad, cariño, lealtad y muchos valores que nos suplirán y satisficieran.

Con el hecho de decir que hay que aceptar la “temida” muerte, no quiero decir que nos sumemos en la depresión, la angustia y la desesperación, y olvidemos que la vida es para vivirla; el caso es que damos las cosas por hecho, por lo tanto es que nos volvemos prácticamente unos idiotas y no nos tomamos la tarea de esforzarnos en mejorar nuestra vida, nuestras relaciones personales y nuestra forma de ser… hasta que es ya demasiado tarde.

El hecho nos es si moriremos hoy o en cincuenta años, el hecho es que no estamos consientes que la muerte nos puede estar esperando en la esquina, y por tener la certeza errónea de que nos queda mucho tiempo, albergamos sentimientos malsanos para nuestro espíritu y corazón como lo son el odio, la envidia y el rencor.

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