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¿Qué porque no tengo novio?, siempre que escucho esa pregunta me dan ganas de reír, puesto que la hacen como si fuera algo extraño. Bueno, para mí la soltería no es extraña; por el contrario, ya estoy acostumbrada a ella; mentiría si dijese que a veces no pienso que sería bonito tener a alguien junto a mí, pero cuando llegan las confecciones de amigas, en las que cuentan sus problemas con sus respectivos novios, agradezco no estar enfrascada en una relación que podría asfixiare.
Mi mundo, por ahora, puesto que no puedo asegurar que dentro de dos o tres años siga pensando igual, está centrado en mí y en lo que quiero lograr en mi vida laboral. Quiero tener una carrera, viajar al extranjero, hacer un montón de cosas: SOLA; sin tener que depender de nadie, y que nadie dependa de mi.
Por otro lado, creo que sería capaz de enamorarme tanto que echaría a perder un futuro que ya tengo planeado, en el que el amor todavía no tiene cabida; y, sí, es cierto que las cosas a veces se dan y que planear no sirve de nada; pues en mi caso, no lo creo. Soy consciente de que tal vez esté perdiendo una oportunidad importante de esta etapa de la vida, pero al saberlo, no me arrepiento de las decisiones tomadas; soy como soy, y nada ni nadie podrán cambiarme.
Además, siempre me he sentido cómoda estando sola, ya sea haciendo vueltas en bancos o en la universidad o estando en casa, no como mis amigas que siempre necesitan de alguien para que las acompañe. Estar sola cuanta con una variedad de ventajas que colaboran con el hecho de sentirse bien con una misma, como es adquirir la capacidad de poder tomar decisiones sin tener en cuenta los deseos o necesidades de otra personas. Me gusta la soledad, me deja pensar y hacer cosas que me encantan como leer, escribir y leer más.
